La vida de Karina
¡Hola lectores! Les presento otros de los relatos que escribí hará algún tiempo. En él trato de expresar la dureza de la misma vida. El viento zarandeaba mi ropa mientras corría para que mi hermana Adela no me alcanzara. Mi madre estaba vigilando de cerca, atendiendo a la ropa que se amontonaba en la pila. Mamá dejó su labor cuando llegó un hombre larguirucho que llevaba uniforme, quien le entregó una carta. Conforme mamá la iba leyendo sus ojos se inundaban de lágrimas. Al verla, mi hermana y yo nos acercamos a ella. Mamá se secó las lágrimas y entró en la casa sin mediar palabra. Al rato, apareció mi tía Emilia y el resto de mis familiares como si se tratase de una reunión. Me resultó extraño, porque no era un día especial. Todos entraron al salón menos Adela, Guillermo y yo, ya que no nos dejaron. ¡Claro, como somos los pequeños nos dejan al margen! ¡Que injusticia!- pensé. Adela sujetaba a Guillermo en sus brazos, acunándolo suavemente mientras yo ponía la oreja detrá...