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Mostrando entradas de octubre, 2015

La vida de Karina

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¡Hola lectores! Les presento otros de los relatos que escribí hará algún tiempo. En él trato de expresar la dureza de la misma vida. El viento zarandeaba mi ropa mientras corría para que mi hermana Adela no me alcanzara. Mi madre estaba vigilando de cerca, atendiendo a la ropa que se amontonaba en la pila. Mamá dejó su labor cuando llegó un hombre larguirucho que llevaba uniforme, quien le entregó una carta.  Conforme mamá la iba leyendo sus ojos se inundaban de lágrimas. Al verla, mi hermana y yo nos acercamos a ella. Mamá se secó las lágrimas y entró en la casa sin mediar palabra. Al rato, apareció mi tía Emilia y el resto de mis familiares como si se tratase de una reunión. Me resultó extraño, porque no era un día especial. Todos entraron al salón menos Adela, Guillermo y yo, ya que no nos dejaron. ¡Claro, como somos los pequeños nos dejan al margen! ¡Que injusticia!- pensé. Adela sujetaba a Guillermo en sus brazos, acunándolo suavemente mientras yo ponía la oreja detrás de

¿Habéis perdido el juicio?

¡Hola lectores! este es un relato histórico que escribí hace mucho tiempo, sé que no es gran cosa pero en él, trato de encarnar la dura etapa de la Inquisición. Quizás las descripciones no sean demasiado extensas pero esto se debe a que he considerado de mayor importancia otros aspectos. Espero que disfruten la lectura, gracias. Así comienza... La luna se reflejaba en el cristalino río que rodeaba la gran ciudad, las antorchas rasgaron la oscuridad y el silencio fue interrumpido por los gritos de una muchedumbre enfurecida que llevaba en sus manos cuchillos, antorchas y horcas. El gentío perseguía a una joven de no mas de dieciséis años, cuyo rostro se encontraba desencajado por el pánico, su cabello castaño ondeaba con el ajetreo del viento. Ella seguía corriendo pero su trayecto fue cerrado por un tramo incendiado y la multitud se aproximó hasta acorralarla. De repente, Mary se despertó con todo el rostro repleto de sudor y el pelo enmarañado. Se incorporó, fijó sus ojos de colo